El mal llamado "precio de la vida" está a punto de volver a subir al entrar en vigor el nuevo IVA, y como dice un anuncio por la radio "Buf, 'la cosa' está fatal - Prohibido hablar de 'la cosa'". Sueldos, repuntes, recortes, primas, tasas, porcentajes, índices... somos más números que nunca. Ya oímos cifras económicas astronómicas como si fuese calderilla. Vemos que los acontecimientos se suceden y que la esperanza hace mucho tiempo que ha abandonado estas tierras.
¿Colaboras en esas competiciones multideportivas veraniegas con los chavales? ¿Y cuánto cobras? ¿Eh? ¿Sólamente la comida? ¡Qué tonto! (o bien sustitúyase 'tonto' por otro insulto de mayor gravedad). Eso es lo que oigo verano tras verano, sólo que últimamente con mayor insistencia por gentileza de 'la cosa'. ¿Por qué no puede haber incentivos más allá del vil metal? A decir verdad, cada año invierto en algunos detalles y en mi tiempo y esfuerzo para poder llevar a cabo la competición social más importante del año de mi club deportivo.
En el mundo entero se escucha y se repite sin cesar el caso de la restauración del Ecce homo de la iglesia de la localidad zaragozana de Borja. En lo que uno se fija primero es en la comparativa de imágenes, el antes y el después según lo ilustra el pie de página de la noticia y no puede evitar una sonrisa. De unos titulares incendiarios y ofensivos pasamos a leer artículos más afables y comprensivos, aunque los de la prensa internacional siguen perteneciendo a este primer tipo. La noticia ha sufrido una metamorfosis tremenda, y su protagonista, su obra y la localidad de Borja se encuentra en el centro del huracán. En una era multimedia y de intercambio del conocimiento, la noticia y sobre todo la obra se ha convertido en lo que hoy se llama erroneamente un 'meme'. Esta palabra es un neologismo de 1976 del biólogo Richard Dawkins por contraposición a los genes, lo que uno trae "de fábrica". Los memes son las situaciones y comportamientos que el individuo imita de la sociedad, o lo llamado información cultural. En la actualidad se trata de una imagen o un icono al que supuestamente se le dota de una significación que hace que los usuarios la adopten o que se transforme generalmente para provocar efectos en teoría cómicos. Es un tema interesante y digno de discusión que trataremos en otra entrada.
C.G. es una mujer de ochenta años con inquietudes artísticas, que altruístamente se presentó para restaurar partes de la iglesia de la mencionada localidad. Anteriormente ya había hecho algo semejante, y de vez en cuando donaba sus cuadros de bodegones, flores y paisajes a mercadillos benéficos. No contaba con la autorización por escrito, no figura ningún contrato en el que se describa el trabajo empleado y lo que percibiría la buena señora, ya que lo hacía de manera desinteresada, y por ende ninguna declaración de responsabilidad.
La obra que en un principio decían que era barroca y de alto valor artístico, pasó a ser un fresco elaborado en dos horas por un artista local, aunque en estos últimos días se ha ido restaurando el valor de la obra original al aludir al autor como el padre de una generación de artistas aragoneses de relevancia. La obra coincide con las pinturas de Altamira o La última cena de da Vinci en su soporte, ya que está pintada directamente sobre la pared, y no sobre un lienzo, la madera de un retablo o el estuco de una bóveda, y conocemos bien las arduas labores de conservación que requieren los dos célebres sitios mencionados antes. En las últimas semanas los vecinos del pueblo vieron a la señora trabajando en la iglesia, a la vista de todos. La superficie de la pintura revela el ambiente de humedad en la que se encuentra, ya que muchas pequeñas zonas se han desprendido de la pared. Aún así se aprecia bien la obra y el tema original.
Ecce homo, he aquí el hombre, es un tema muy recurrente dentro de las representaciones de arte cristiano, y refleja a Jesús tras su enjuiciamiento y su castigo, la tortura a la que los romanos le sometieron, en el momento que Pilato le presenta ante la multitud con la corona de espinas y el título de presunto rey de los judíos. Seguro que todos hemos visto esa temática con anterioridad, algo que en su "nueva" versión resulta difícil de ver. La noticia ha ido escalando de los diarios locales o blogs de la provincia a los diarios y noticieros nacionales y de ahí al mundo entero. En ese momento han comenzado a surgir las ya mencionadas parodias y bromas, que con su brocha gorda han comenzado a pintar sobre unos noticiarios en donde lo nefasto y apocalíptico reina cada día. En lugar de exigir la cabeza de la culpable y apedrearla sin perdón, la gente comienza a conmoverse con la historia y a empatizar con la autora, que con su buena intención y de manera desinteresada se propuso restaurar los frescos de su pueblo, para sus habitantes. Ante tal alcance mediático, la buena señora sufre ataques de ansiedad, al no poder lograr un resultado aceptable y el ser objeto de escarnio público de medio planeta. Sin embargo la empatía de esta desafortunada historia cada vez es mayor, y eso es algo de agradecer en este mundo en que vivimos.
- - - - - - - -
Por otra parte quisiera hablar de otra corriente que está en expansión en estos días. Tras un convulso año 2011, en donde el descontento de las naciones con sus gobernantes resonó cual eco en muchos rincones del mundo, y movimientos como Tahrir, Indignados o Occupy poblaron páginas y páginas de los rotativos, nos encontramos ante nuevos filones. Estos días se ha hablado mucho del alcalde de una localidad cordobesa que, entre otras cosas, asaltó un supermercado llevándose algunos carros a la fuerza y sin pagar, supuestamente cargados con bienes de primera necesidad que después los destinaron a personas con problemas económicos. Desde el principio se tuvo en cuenta que tuviera la mayor repercusión mediática, ya que el despliegue de medios, cámaras, etc fue algo fuera de lo normal. Al preguntar a estas personas que se beneficiaron del simpa y si sabían el origen de los productos... les pareció pero que muy bien lo que habían realizado. En Extremadura y en algún otro lugar han surgido imitadores, también con despliegues mediáticos que si bien ante las cámaras dicen sus referentes del pionero andaluz, luego cuando acuden a programas de debates niegan ser simples imitadores. Dicen que no se trata de una rapiña sino de un acto de concienciación, y así suceden las paradojas y contradicciones.
También además de la "okupación" tradicional, han asaltado hoteles para hospedar a la gente gratis, o algún cortijo para dar cabida a los manifestantes. ¿Dónde queda la legitimidad? Si se me vacía la nevera... ¿tengo derecho a entrar a un supermercado a llenar el carro y largarme, o a hacer un simpa en un restaurante? Si no me quedan camisas de mi talla, ¿tengo derecho a entrar al Zara o al Springfield de turno y salir con ellas puestas? ¿Si me quedo sin dinero puedo atracar un banco? ¿Asaltarían prostíbulos o habría violaciones por las calles cada vez que a un individuo le entraran ganas? La definición de altruísmo o el afán de ser un Robin Hood moderno parece imperar sobre el resto de las cosas. El sentirse bien con uno mismo y con su comunidad no es nada en comparación con la cifra de seguidores del perfil de la red social de turno de estos nuevos personajes maquiavélicos que en mi opinión desdibujan la realidad más que una anciana octagenaria desdibuja el rostro del Salvador; adjetivo que también dicen tener estas personas para los que el fin siempre justifica los medios.
Lo has resumido muy bien, el fin no justifica los medios y saqueando supermercados no se va a mejorar el sistema ni vas a evitar que los mas desfavorecidos sigan pasando hambre. Para mi eso no es justicia, es vandalismo.
ReplyDelete