12.07.2011

Whats goin on - Reflexión del ego

A comienzos de este mes de diciembre comienza a sonar mucho este video. En él, un muchacho rubio y de aspecto risueño con auriculares en los oídos va contando en cartulinas pequeñas una historia, SU historia.



Este muchacho dice llamarse Jonah Mowry. Desconozco si es su nombre real o un pseudónimo. Mirando a cámara y con un taco de estas cartulinas, las va pasando ante la cámara como Bob Dylan en Subterranean Homesick Blues, sólo que son esos trazos con rotulador grueso y alguna falta de ortografía ocasional su voz. De fondo suena una canción melancólica muy indicada para la ocasión, como veremos posteriormente. Vamos adivinando que es un niño de trece años y que desde primer grado los otros niños abusan de él. Comenta también que ha hecho cosas de las que no está muy orgulloso, como cortarse y lastimarse, y nos enseña ambos brazos y antebrazos e incluso la parte baja del cuello. En ese momento, cuando presume de cicatrices, el vídeo me empieza a oler a chamusquina. Dice no tener amigos, que sólo le queda uno, ya que el resto están en el instituto. Sin embargo, decide que va a tirar para adelante y seguir su camino. A propósito de la letra de la canción, en ella se menciona claramente "hoy me he vuelto a lastimar y lo peor es que no hay nadie a quien culpar", y es que el chaval, en una de sus tarjetas nos dice que no sabe por qué todos le acosan aunque no les culpa, ya que hasta él mismo se odia.

"Sé mi amigo, abrázame, envuélvete en mi, soy pequeño y necesitado, dame calor e insúflame vida" es lo que dice el estribillo. El muchacho se le ve visiblemente emocionado mientras afirma que ha considerado el suicidio. Gay, marica, sarasa, gilipollas son alguna de las lindezas que le llaman, y se encuentra cansado de derrumbarse y levantarse tan sólo para volver a caer.

En una actualización, reconoce haber realizado el vídeo hace cuatro meses, al principio de curso, a las cuatro de la mañana tras noches sin dormir y sumido en un vórtice emocional considerable. Tan sólo sus amigos más cercanos, esos que acuden al instituto lo sabían, y no había dicho a sus padre ni su orientación ni sus problemas graves en esa época. Para difundirlo aún más, lo colgó de su muro de Facebook el 1 de diciembre, sus padres se enteraron al día siguiente y a día de hoy, 5164569 visitas que seguirá creciendo exponencialmente. En la actualidad se encuentra bastante mejor y se acepta más, y las cosas se han calmado.

En un principio, este chaval goza de mi simpatía, o tal vez mejor dicho, empatía. Tanto personalmente como a nuestro alrededor, todos nosotros hemos sido testigos de algún tipo de acoso escolar en el colegio o el instituto. Siempre había alguno en la clase al que marginar o putear, y es que los niños y afolescentes son los animales más crueles del planeta por su alteración de la conciencia o de los remordimientos. Hace tiempo leí una encuesta en la que los adultos se horrorizaban sobremanera cuando uno de cada cinco jóvenes había pensado al menos alguna vez aunque fuese por encima en el suicidio (creo que el porcentaje era incluso ligeramente mayor) y se sorprendían de que eso sucediese en países desarrollados, afortunados y geniales.



Por otro lado, hoy salía en el periódico que ha crecido exponencialmente el intercambio de fotos personales de tipo erótico. Entonces me viene a la cabeza los jóvenes haciendo striptease, sacándo músculos o abdominales, haciendo bromas o chorradas, o contando su vida abiertamente a todo el mundo en forma de diario. Es entonces cuando me encuentro con este otro vídeo, en el que teóricamente el mismo chaval aparece acompañado de una amiga suya algo inquietante se muestra de una manera más afable. En esta ocasión no es el poder que confiere el lenguaje escrito con esos trazos erráticos y naturales con faltas de ortografía, sino que habla con su propia voz. Tiene el pelo más corto y la tez más clara, por ello hay debates acerca de si se trata del mismo chaval. Es normal que desde el final del verano hasta diciembre, su piel no luzca tan bronceada.

De las primeras cosas que hace es enfocar de nuevo su brazo e iluminarlo con una linterna para que se vea que las cicatrices son de verdad. Ahí la cosa va tomando un olor peor. Todos actuamos de manera distinta dependiendo en qué entorno nos situemos, con quién estemos acompañados o el estado de ánimo en el que nos podamos encontrar. En esta ocasión, al estar acompañado de su amiga, el chaval se muestra con un estado de ánimo mucho mejor. La situación en el colegio ha cambiado y ya hay gente que le aprecia. El primer vídeo, como ya he mencionado anteriormente ha alcanzado unas cotas de popularidad tremendas gracias al boca a boca y a los enlaces. No sólo en su canal oficial, sino en tantísimos otros que se han hecho eco del vídeo, o en muchos otros países que lo han subtitulado a su propio idioma. Ha sido "trending topic" (ese palabro tan horrendo) y como suele suceder, hay hordas que empatizan con él, y hordas que muestran su desaprobación. Resulta fácil empatizar con la forma tan sencilla y sincera con la que muestra sus sentimientos, y hay mucha gente que les muestra su apoyo, que les ofrece su amistad, o casi que incluso su mano en matrimonio. El segundo vídeo desapareció enseguida de su canal, pero muchas otras personas se encargaron de guardarlo y divulgarlo. El grupo de detractores comenzó a crecer a partir de ese vídeo, y le llaman mentiroso o farsante. Parodias, mofas y comentarios acerca de sus vídeos comienzan a abundar en la red. ¿En serio esperaban verse a un chico en estado depresivo las veinticuatro horas del día, los 365 días del año?

Un vídeo privado a sus antiguos compañeros en un momento de depresión personal se ha convertido en un fenómeno mundial. Obviamente, el muchacho no se imaginaba la repercusión y el alcance que tendría cuando preparaba esas cartulinas y se grabó una madrugada al final del verano. ¿Responde a una necesidad del ego? Sin dudarlo. Nos encontramos aquí con los dos grandes temores de la humanidad:
  • La muerte
  • El olvido
... y quien diga que no teme a ninguna de estas dos cosas MIENTE. Un hombre de las cavernas estampa su mano o dibuja unos animales de la misma manera que nosotros en una red social comentamos nuestra alegría por algún resultado deportivo, nuestra indignación por la situación económica actual o nuestras preocupaciones y emociones de ese momento dado. Todos queremos dar constancia de nosotros mismos, ya sea confiando en la gente que nos rodea, o publicándolo en un vasto y teóricamente impersonal medio como es internet. En todos estos años la intencionalidad de la comunicación ha sido la misma, y ha ido cambiando el mensaje y el canal en donde emitimos. Los jóvenes de hoy se exponen de esta manera símplemente porque disponen de más medios para ello. Se sacan más fotos ante el espejo porque ya no necesitan pagar dinero para revelar carretes fotográficos. Se graban más porque ahora ya solo se necesita un móvil para ser esos reporteros improvisados y dejar constancia de sus acciones, por muy estúpidas que sean. De listas de correos o chat infernales hemos pasado a gran variedad de foros con sistemas de intercomunicación gratuitos con los que poder comunicarnos con el mundo entero, o crear nuestro propio espacio y nuestro propio mundo con nuestra comunidad de amigos con los que seguir en contacto. Esto no es un acto de nostalgia, chochería o rasgarme las vestiduras, es la realidad que nos rodea.

Ahora bien, incluso un diario de los de antes va destinado a uno mismo como método terapéutico, pero en la actualidad no hablamos para nosotros o comenzamos publicaciones con "Querido diario:...", ya que aunque tengan motivaciones personales, deseamos llegar a otras personas para compartir nuestros pensamientos. Da igual que sea una actualización simple como "Tengo sueño" como una bofetada que se metió un amigo del grupo cuando estaba patinando para echarse unas risas. ¿Existe hoy en día un excesivo culto a la persona? ¿Se trata de una cuestión del ego de la gente para captar nuestra atención? ¿Por qué nos simpatiza un niño rubio bien parecido pero de aspecto corriente, como si nos lo pudiéramos encontrar por la calle que nos habla mediante cartulinas manuscritas sobre un tema candente en un momento de ánimo bajo? Sus lágrimas, titubeos, gestos y palabras son auténticos, fruto de una determinada situación emocional. El detallismo y el afán por mostrar sus cicatrices tanto en el vídeo original como sobre todo en su "continuación" es lo que me preocupa. Otras noticias del año también incluyen casos como los de otro chico que se suicidó tras colgar un mensaje en youtube con una canción de Lady Gaga Born This Way, u otras tantas noticias de las que una pequeña parte emana a la luz y sale en los noticieros. La vida es nuestro bien más preciado, y frivolizar con ella me parece un grave error, aunque a veces uno se pregunte al igual que el protagonista de la inolvidable película navideña ¡Qué bello es vivir! "Ojalá nunca hubiese nacido" u otras cosas tan negativas.

Cada uno puede extraer sus propias conclusiones y pareceres, y me gustaría mucho oír la vuestra. Me parecía muy interesante divagar sobre este tema. Por mi experiencia personal como entrenador y profesor particular, e incluso si retrocedemos aún más a mi época de instituto o de la escuela, es algo que existe aunque muchas veces no nos demos cuenta. Pero en esta entrada también quisiera reflexionar sobre el supuesto 'ego' o notoriedad de los jóvenes de hoy en día.

Me alegro que Jonah Mowry se encuentre mejor, que sus padres y su círculo interno le reconozcan. No sé si un vídeo como ese era la mejor manera, pero espero que disfrute de la vida sin lastimarse ni presumir de ello.

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