Aquí estamos de nuevo, dispuestos a revelar otros cinco juegos que son como curar una herida con spray de pimienta debido a su chunguísima dificultad. Prepárense que vamos.
Sam & Max Hit the Road / PC / 1993
Las aventuras gráficas tuvieron gran auge en los noventa, y los reyes del negocio eran Lucasarts. Inventaron el motor SCUMM y el jugador debía interactuar con el entorno mediante una serie de instrucciones que se reflejaban en una tabla de verbos en la esquina inferior izquierda. Indiana Jones, Maniac Mansion, Monkey Island... todo iba estupendamente. Fue entonces cuando decidieron transladar los comics de una pareja de detectives muy particular: un perro muy sosegado con sombrero y traje, y un conejo psicópata que parecía el hijo de aquel lindo conejito de Los caballeros de la Mesa Cuadrada.
El resultado fue muy atractivo y divertido... pero su jugabilidad era horrenda. ¿Por qué? En las aventuras gráficas tienes sucesivos puzzles, enigmas, situaciones que hacer frente interactuando con los personajes, las acciones y el inventario de objetos que uno se va encontrando. No es hacer la 'o' con un canuto, pero requieren imaginación, astucia y algo de sentido común. En este juego no sucedía esto, más bien todo lo contrario: "Piensa en la situación más estúpida, absurda y sin sentido que se te ocurra, que habrás dado en el clavo".
Así era el juego, y como escaseaban las guías, si tenías un problema era un completo quebradero de cabeza, ya que todos tus amigos estaban como tu. ¿Solución? Jugar a los minijuegos que tenías como hacer surf sobre el capó de un coche mientras te daba pena que un juego tan divertido perdiese la gracia por ser tan absurdamente dificil.
Megaman (Rockman) / NES / 1987
Entramos en una franquicia bien conocida como es Megaman. Hasta ese momento, la compañía japonesa Capcom se había especializado en juegos para recreativas o arcades (como prefieran ustedes llamarlas). Megaman fue diseñado especialmente para el mercado de las consolas. Un juego de acción y plataformas basado en el célebre juego del "janken"... también llamado piedra, papel o tijera por estos lares.
El juego no sigue una secuencia de mundos o niveles, sino que desde un principio se le ofrecen seis mundos custodiados por un jefe final. Una vez que el jefe sea derrotado, Megaman obtendrá el poder de ataque del jefe en cuestión. Para complicar un poco más el asunto, cabe decir que cada uno de los jefes es especialmente vulnerable al arma de otro de ellos, por lo que el jugador (si quiere obtener una supuesta "ventaja") deberá saber la secuencia en la que se los tiene que pasar para poder continuar con el juego e irse a derrotar al malo.
Esa es la teoría que funcionaría en un mundo feliz donde todo es mágico y si viviesemos en la calle de la piruleta... pero desgraciadamente NO era así, ya que avanzar por uno de los mundos normales, corrientes y molientes era un absoluto infierno. Podías pasar un nivel tras haber derramado litros de lágrimas y haber gastado todas tus vidas. Al siguiente mundo ya te iban a dar matarile así, para empezar.
El juego trataba sobre la confrontación de dos científicos: uno buenrollero que ama la paz, los niños, las ballenas jorobadas, que hace donativos a mansalva y rellena la casilla de bienes sociales en su declaración de la renta... y otro mezquino, antisocial, sociópata, loco, que quiere destruir el mundo, o al menos convertirlo en un amasijo robótico y sembrar el terror... porque sí. El primero se llama Dr. Light y está inspirado en Santa Claus, y el segundo Dr. Wily (pronúnciese Güaili) y está inspirado en Albert Einstein (cabe señalar que en Japón no tienen el mismo concepto de este científico, que sugirió encarecidamente el uso de las bombas nucleares, como lo tenemos en occidente).
Wily da por saco con sus 6 secuaces por la ciudad, así que Light manda a un robot azulado a hacerle frente... lo malo es que manda al más inútil que tenía a mano. Uno puede ver el talento de Wily en los robots que crea, ya que vuelan, disparan, algunos son muy duros, otros saben nadar... sin embargo Megaman sólo sabe trotar, saltar un poquito y disparar en horizontal. Su mayor poder puede que sea el apropiarse de los poderes de los demás, usease, aprovecharse del trabajo ajeno de manera limitada, ya que los ataques ajenos tienen un contador. Con estas opciones tienes que avanzar dificultosamente por los niveles para hacer frente a los malos, que pueden aparecer de cualquier sitio y en el momento más insospechado, y aprenderte secuencias de saltos con una precisión milimétrica, apurando hasta el último píxel de superficie "pisable".
Los niveles son infernales, y los jefes en teoría tienes que seguir una coreografía distinta con cada uno para acabar con ellos... pero aún así son superchungos. Y si acaso llegas al castillo de Wily... te espera con los brazos abiertos la masa amarillenta de un solo ojo para que pierdas el resto de tus vidas. Pero eso es una parte del castillo. Después llegan unos cuantos niveles infernales... y tener que volver a enfrentarte a los seis robots antes de hacer frente a Wily en dos formas distintas. Dificil es pero que muy poco.
No. -
-"Pues entonces te ofrecerán algún continue"Tampoco. -
-"Pues te darán passwords al final de cada nivel"Ninguno. -
-"Pues podrás cargar tu superdisparo, agacharte o realizar barridos, o llamar a tu perrito robótico"Nada de eso, señores. En el primer juego no había NADA. -
Fueron introduciendo todas esas cosas en los juegos sucesivos de la saga... y aún así tienen una dificultad elevada... pero nada comparable a este infierno de debut.
Toki / Arcade Atari MegaDrive / 1989 1991
El juego salió para recreativa y se exportó a las consolas de la época, pero tuvo especial popularidad en las de Atari y Sega. Da igual cual pilles, ya que te encontrarás entre las manos con un juego verdaderamente chungo. En el juego encarnas a un Tarzán fuerte, rubio y la mar de apuesto llamado Toki (JuJu en Japón). Vas de rama en rama molando cantidad ya que estás con tu novia Miho toda macizorra despertando las envidias de todos, como por ejemplo de un chamán muy turbio que la secuestra y te convierte en mono... pero no un mono cualquiera, sino uno con una cabeza enorme y capaz de escupir pelotillas blancas que causan daño a los enemigos a una velocidad pasmosa. El monito hace muchas virguerías con sus escupitajos, pero al menos, a diferencia que Megaman, puede disparar hacia arriba, en diagonal y en algunos lugares incluso hacia abajo.
Lo malo es que hay una diferencia palpable entre la velocidad de Toki y la velocidad de sus rivales. El diseño del juego está muy bien, pero los enemigos y sus disparos son casi imposibles de esquivar. Lo bueno es que hay "checkpoints" a cada poco, y si te matan no tienes que volver a comenzar desde el principio.
En consola es bastante chungo, pero en arcade emulador, con los créditos infinitos es un poco costoso... pero puedes llegar al final. No obstante, el mundo final está lleno de vagones sobre railes a los que subirse en el milisegundo apropiado, y uno sólo cuenta con 10 continues en el sexto y último mundo, por no hablar de la dificultad de los jefes, alguno de ellos memorable como el mamut, las manos y pies moradas, o sobre todo el chamán. Un jefe que es muchísimo más que chungo.
Puedes morir por cualquier cosa, ya que casi todo puede hacerte daño a no ser que lleves puesto un casco de fútbol americano. Otro artilugio que te puedes encontrar son unas zapatillas de deporte con las que puedes hacer un reducido número de saltos altos. La dificultad se va incrementando a medida que uno avanza, hasta llegar al complicadísimo último mundo, que es como para llorar.
Comparativa del Toki de 1989 y del remake de 2009: http://vimeo.com/7313638
Shadow Dancer (Kage no mai) / Arcade / 1989
Aunque no lo parezca, estamos ante la primera secuela de Shinobi. Shinobi es una saga de ninjas conocida por su gran dificultad, pero yo personalmente me quedo con esta que es a la que he jugado. Mucho antes de Naruto, los ninjas molaban, y había varios juegos y sagas para demostrarlo. Muchas de ellas provenían de Sega, como Shinobi o Ninja Gaiden, pero también estaba la saga de Ganbareh Goemon de Konami, o incluso un juego bien chungo para la NES titulado Wrath of the Black Manta. Todos los juegos, fuese del género que fuesen debían incorporar a personajes ninjas, ya fuese entre los buenos o los malos.
El que nos ocupa le conocíamos "cariñosamente" como El del ninja y el perro, o a veces como El del ninja y el perro en el aeropuerto, ya que esa era la única fase que lográbamos ver. Y es que esa era su gran diferencia con respecto a Shinobi. Contabas con un perro blanco que podías mandar a que atacase a los enemigos, pero entre que le dabas la orden y el chucho se decidía a ir, podía pasar un buen rato y el malo de turno te podía matar prefectamente. Cualquier cosa te podía matar... además de un solo toque. Lo bueno es que tienes un número limitado de magias, y si las usas, congelas inmediatamente a los enemigos y mata a todos aquellos que se encuentren en pantalla. En momentos difíciles y cruciales de cada nivel era cuando tenías que usar este ataque especial, cuando tuvieses un cuchillo o una bala rozándote las vestiduras. Entonces cambio a primer plano de la cara conjurando la magia, y a continuación la magia en sí, un poco más ridícula de lo que te habías esperado.
Me lo conseguí pasar con continues infinitos (emulador) y aún así exclamé un grito de alegría cuando lo hice, ya que me llevó un buen buen rato a través de quince niveles a cada cual más dificil. Moraleja: niños, ser ninja es muy pero que muy duro.
Ghosts'n Goblins / Arcade / 1985
Todo un clásico que ha hecho llorar a millones de personas que se hayan atrevido con este juego tan infame. Estaba tan feliz Arthur con su churri en un cementerio. Se disponen a intimar, ya que tiene la armadura posada a pocos metros de distancia... pero llega el demonio Red Arremer (o Firebrand) y la rapta por órdenes del mismo Lucifer. Así que este noble caballero debe armarse con su armadura, pero sobre todo con toneladas de valor para afrontar unos siete niveles de dificultad mayúscula.
Atravesando el cementerio y un bosque; un palacio de hielo y un pueblo abandonado; cavernas; plataformas flotantes y puente de fuego; dos niveles del castillo y por último la sala del trono. Progresar por cada nivel es harto dificil, ya que si tienes armadura, te pueden dar un toque, pero al segundo toque la palmas. Con el primer toque te dejan literalmente en calzoncillos, y es cuando el jugador le debe echar más coraje y buscar las pocas armaduras que hay disponibles por el juego. Existe una gran variedad de enemigos y cada uno es más chungo que el anterior. La manera en la que aparecen, como se mueven, sus ataques y lo duros que son de matar algunos (en comparación con lo frágil que eres tú) crea muchísima impotencia, rabia y desesperación.
La atmósfera del juego, la musiquilla de, los efectos de sonido tan irritantemente terroríficos que hace que jugar al juego se convierta en algo personal. En la residencia de la uni intentamos pasarnoslo entre varios a vida o fase cada uno. Como el hecho de morir suele ser bastante frecuente, y como sólo se cuenta con tres míseras vidas, lo ampliamos a un crédito cada uno. Comenzamos a jugar a la salida de la cena y la cosa se prolongó hasta la madrugada... y aún así nos quedamos en el penúltimo mundo, y muchos de nosotros ya pasamos de seguir jugando por imposible.
Firebrand protagonizaría un juego muy chulo de SNES llamado Demon's Crest.
No obstante, con el último jefe hay una gracieta muy graciosa... y es que todo esto ha sido un calentamiento, un sueño o una broma de pésimo gusto más bien, porque en un nefasto inglés nos dicen:
THIS ROOM IS AN ILLUSION ANDIS A TRAP DEVISUIT BY SATAN.GO AHEAD DAUNTLESSLY!MAKE RAPID PROGRES!
Olé ellos y sus santos ovarios. Tienes que pasarte el juego OTRA VEZ, ya que esta no valía, porque era una trampa. Tienes que volver a sufrir en tus carnes los siete niveles a una dificultad TODAVÍA mayor. ¿Es o no es un juego infame? Aunque siempre hay gente inhumana que nos sorprende. He aquí un menda que se lo pasa en 22 minutos y medio... por partida doble.
Enhorabuena Arthur, por fin podrás consumar.
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Bueno, ¿Qué tal os ha parecido? ¿Habéis jugado a alguno? ¿A cuál meteríais en vuestra lista?
Hasta la próxima ;) .
Los megaman si que eran totalmente difíciles, si el megaman 3 me costó pasármelo (y eso que tenia passwords, el perro y todas esas movidas) el primero de todos era mortal.
ReplyDeleteLo del friky que se pasó el Ghosts'n Goblins en 22 minutos es alucinante. O el tio es un crack o no tiene vida social (o ambas cosas).
Me a gustado mucho, has sacado a relucir mi vena friky nostálgica. Con razón ya hace tiempo que no me atraen los nuevos videojuegos.