8.06.2014

Las mejores películas de Disney: Era clásica (4 - 1)

Última entrega. ¿Les está gustando? Para la próxima dejaremos las antigüallas de lado y nos centraremos en las mejores películas de Disney de la era moderna... pero seguiremos con la animación tradicional.
Vamos desvelando lo más alto de la lista clásica.

4.- THE MANY ADVENTURES OF WINNIE THE POOH (LAS AVENTURAS DE WINNIE THE POOH - 1977)

En este caso prefiero el título empleado en Latinoamérica, ya que Lo mejor de Winnie the Pooh suena a video recopilatorio barato. La verdad es que se trata de una ligera trampa, ya que los episodios o las aventuras que componen esta cinta ya habían sido publicados anteriormente desde el 1966 al 1974. Desde el principio, la idea era la de producir un largometraje, pero como el ritmo de las películas animadas era bastante lento y la televisión estaba en auge, así como los clásicos familiares de imagen real, decidieron ir publicando cortometrajes. Sin embargo, para este estreno remodelaron las historias para entrelazarlas y añadieron detalles y un epílogo inolvidable.

Winnipeg era una joven osezna que compró un oficial de un destacamento canadiense antes de la Primera Guerra Mundial. Pronto se convirtió en la mascota, y cuando les destinaron en Europa, la dejaron en el zoo de Londres. Ahí fue donde A.A. Milne la iba a visitar incluso con su hijo Christopher Robin. Esa fue la inspiración para una serie de cuentos que más tarde, tras una ardua lucha y tras la muerte del autor, Walt Disney logró sus derechos para adaptarlas. Esta historia la menciono porque uno puede ver el cariño y el grandísimo respeto con el que se ha escrito.
En lugar de ser un oso, se refieren a Winnie como un 'pooh', que es el gesto de espantar las mariposas que se posan en su hocico. Él es algo torpe y lento de mente. Hubiese sido más sencillo ponerle con la inteligencia del típico secuaz del villano ceporro, o del compañero graciosillo del héroe, pero tiene una dignidad que ninguno de esos arquetipos tiene. Pooh es algo lento, de cerebro pequeño, y piensa más con su estómago que con su cabeza, ya que cuando se pone a pensar con esta última, puede pasar un buen rato haciendo ese gesto tan característico suyo. Rabbit es rematadamente cínico y egocéntrico, Tigger es hiperactivo, intrépido pero algo temeroso de algunas criaturas, Kanga es una madre atenta y cuidadosa, Roo es el clásico joven activo y con ganas de aventuras. Buho es un sabelotodo pero muchas veces ensimismado consigo mismo. Piglet es un diminuto cerdito bastante extraño que ya desde pequeño me daba mal rollo. Por último, Eeyore puede ser de los personajes más sorprendentes de la factoría Disney por su excesivo pesimismo y apatía; pero en lugar de causar depresión, logra conectar con el público, que le tiene un cariño especial.

Son pocos personajes, no tiene un argumento claro, y ni siquiera hay villano... pero estas pequeñas aventuras en el Bosque de los Cien Acres tienen una dimensión que va mucho más allá. Entramos en la historia a través de un libro, y la interacción entre la historia, el narrador, los personajes y los propios personajes que juegan con las palabras impresas en el libro es algo maravilloso. Las canciones también son memorables y cada cual más adorable. El dibujo es imperfectamente perfecto, con sus trazos y sus figuras preciosas. El guión no abochorna al espectador ni le desprecia, aunque ese espectador sea un niño pequeño. Así vemos cómo Winnie va a por miel, se queda atascado en el agujero de la casa de Rabbit, se va volando con Piglet al llegar el otoño, conoce a Tigger, sobreviven a las inundaciones, van a buscar la familia de Tigger... y Christopher Robin se despide. En ese transcurso, las faltas de ortografía son continuas, pero no como elemento cani, sino de la entrañable manera de expresarse de los niños, e incluso algunas de ellas dan lugar a malentendidos que funcionan muy bien en la trama.

Por último, el epílogo entre Pooh y Christopher Robin en el que hablan del futuro, de cuando al joven humano se le pasen las ganas de jugar con juguetes o de soñar te deja sin palabras de la emoción. La compañía dentro de su afán familiar muchas veces destina sus películas a un público más adolescente o más joven, pero nunca han tratado a estos últimos con más respeto y admiración y con mejor resultado que en esta película.
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3.- ROBIN HOOD - 1973

¿Sorpresa? Pues el primer sorprendido soy yo. Para el ranking he tenido que revisionar algunas películas, y de las que mejor impresión me han dejado es esta. Tanto que se lleva la medalla de bronce. No la recordaba tan buena ni tan entretenida. Sí, es una de las que se cita con más frecuencia cuando Disney se plagiaba a sí mismo, o cuando replicaban escenas y animaciones de una película a otra. Aquí al igual que Winnie the Pooh, nos encontramos con un dibujo precioso pero muchas veces sucio, pero es esa suciedad lo que lo dota de mayor naturalidad y humanidad.

¿Y la historia? El libro de la selva ya tenía la película de Sabu de 1942, y de la misma manera, uno ya tiene los referentes de Robin Hood de Errol Flynn de 1938. Este actor puede ser el carisma personificado. Además del famoso bandido de calzas verdes, ha encarnado a piratas, corsarios, militares, justicieros, reyes... pero es Robin Hood con el que más se le asocia. Para mí, personalmente, cuando pienso en Robin, veo a Kevin Costner en su película del Príncipe de los ladrones junto a Morgan Freeman, por sus constantes reposiciones en televisión o por haberla visto hasta en clase de inglés; pero para mucha gente, cuando piensan en Robin Hood se acuerdan de este zorrito. La película de Disney no la había visto entera, y qué grata sorpresa que ha sido. Junto a la número uno, tiene los mejores créditos de inicio de la era clásica. Pese a tener el maldito libro, la historia nos la narra el gallo trovador, y nos van presentando a los personajes y al actor que les presta la voz, y ahí reside el punto más poderoso de la película: las caracterizaciones.

Al principio uno no puede evitar pensar en que se trata de un corta-pega de los personajes de El libro de la selva para contar su versión edulcorada de Robin de los bosques, pero va mucho más allá. Robin es despreocupado y aventuroso, y Marian es amable y con personalidad. Ambos piensan que su historia es un recuerdo del pasado hasta que se reencuentran. La ciudad de Nottingham queda a cargo del príncipe John, un león sin melena cobardica y amanerado, en el que muchos pueden ver al antecedente de Scar de El rey león. Tiraniza, encarcela y graba unos impuestos desorbitados sobre la población más desfavorable. Pese a su cobardía es muy astuto, pero al mencionar a su madre, se lleva la mano a la oreja y se chupa el pulgar como si fuese un terrible trauma infantil. Entre las magníficas interpretaciones, ésta sobresale, y es que lo interpreta un actorazo como Peter Ustinov. El resto de los habitantes del bosque de Sherwood, los niños, los secuaces del príncipe, como son el abusón del sheriff de Nottingham o sir Hiss, una serpiente con el mismo diseño que Kaa del Libro de la selva que también posee su poder hipnótico.

La película es amena y entretenida de principio a fin, y las escenas del torneo con sus guiños al fútbol americano o todo el desenlace final no hace más que engrandecerla minuto a minuto.





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2.- FANTASIA (FANTASÍA - 1940)

Está bien, lo confieso. En un primer borrador de la lista, Fantasía se encontraba en el número uno. Y podría ser así de no ser por el concepto de cine familiar. Disney es sinónimo de entretenimiento para toda la familia, y nos encontramos con la película que a todos nos han puesto en el colegio en clase de música. Honestamente, no me puedo imaginar a los niños, da igual que sean los de aquella época, mis compañeros de generación y muchísimo menos los niños de hoy en día que decidan por su propia cuenta ir al cine a ver esta película con sus amigos, o insistir a sus padres tirándoles de la manga que les compren la cinta o DVD de Fantasía. Lo que sí está claro es que es una película que uno valora más y más a medida que crece. Su valor didáctico, la increíble calidad de la animación, el gran acompañamiento de algunas de las piezas más representativas de la historia de la música clásica a cargo de la Orquesta de Filadelfia, dirigida por Leopold Stokowski.

Sin embargo, como uno puede esperar en películas de este tipo, existen bastantes diferencias de unos segmentos a otros, y la duración total de la película de dos horas era algo rematadamente impensable... hasta finales de los años 80. ¿Logra mantener la atención del público durante todo ese tiempo? No. Tiene muchos altibajos, e intenta contentar a las distintas secciones del público. 

Como bien dice el presentador al principio del programa musical, hay tres tipos de historias en el programa: las que cuentan una historia en concreto, las que sin tener un argumento definido trazan y recrean una serie de dibujos, y música que existe porque sí. Con esta música absoluta encarnada en Tocata y fuga comienza. Tras vislumbrar las siluetas de las sombras de los músicos y el director cada vez más difusas, nos muestran distintas imágenes, destellos, nubes, líneas, cuerdas, campos, ondas en el agua, chorros, arcos de luz... como idea resulta genial. El ballet del Cascanueces es la pieza que más me impactó de pequeño, ya que era consciente de la calidad de la animación que tenía eso de 1940. Nos muestra las cuatro estaciones, cada movimiento musical totalmente reconocible, y sobre todo aquellas hadas trazando sus estelas en ese estanque invernal con esa delicadeza y detalle.

¿Quién no conoce al aprendiz del hechicero? En aquel momento pensé que se trataba de una excusa barata para despertar a los niños de la siesta con un personaje que conocieran, pero la animación y la unión perfecta que tiene con la música es realmente algo mágico y que no envejece. Buena muestra de ello es que el segmento se repite tal cual en Fantasía 2000, película de la que hablaremos en su debido ranking. A continuación, el pesadísimo segmento de la vida en la tierra. Unos 25 minutos tediosos antes del intermedio. La segunda mitad para mí es algo más floja. Al igual que las películas de cortos de los años 40, intenta alternar tostones con cortos algo más animados, concluyendo con el doble Noche en la Montaña Pelada con Ave María. Como muchos de los animadores con los que Disney fundó el estudio venían de Europa del Este, se adivina el cuento de Chernabog, ese ser diabólico... pero que no hace más que poses. Para mucha gente pudo tener un impacto terrorífico en su infancia, pero a mí me produjo más bien indiferencia. En Ave María predomina esa procesión de hombres con linternas rumbo al amanecer sin que aparezca símbolo religioso alguno. Lo que nos vuelve a demostrar lo universal que es el lenguaje de la música.

Walt Disney quería realizar una Fantasía cada cinco o diez años, con las piezas más importantes de la música clásica y las técnicas más de vanguardia en el mundo de la animación de ese momento. Desgraciadamente, la película fue posiblemente de sus fracasos más estrepitosos. Esa generación que se volcó con Blancanieves y Pinocho, le dio la espalda a Fantasía. La empatía con el público para que evocara imágenes y compartiese esa experiencia musical era un concepto demasiado revolucionario y metafísico que llevó al estudio a la ruina, de la que se recuperaría milagrosamente. También hay que comprender que la participación en la Segunda Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina y no podían invertir en semejantes proyectos. Incomprendida en su época, Fantasía nos muestra una idea... pues eso, fantástica; pero probablemente se extienda demasiado. No digo que hubiese sido mejor meter segmentos más "infantiles", pero sí que se agradecería más ritmo.

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1.- 101 DALMATIANS (101 DÁLMATAS - 1961)

A lo largo de las entradas de este ranking han podido hacer cuentas e ir descartando películas hasta llegar aquí. El número uno de la lista se lo lleva esta horda de cachorros. Para algunos con dos o tres años por encima de mí, es posible que esta película fuese la primera que hayan visto en el cine en su reposición de finales de los ochenta. Precisamente, fui a ver esta película por primera vez a mediados de los noventa en una reposición en unos cines en el sur de mi país, y de la época clásica me parece la película más rotunda a todos los niveles que hay.

Ya desde los créditos iniciales logran captar nuestra atención a todo ritmo y a través de esos diseños de manchas. Hasta entonces, los créditos iniciales venían presentados por el título o el libro de cuentos con una encuadernación maravillosa, mientras esos coros casposos cantaban una canción realmente cursi. Una vez comienza la película nos encontramos con el narrador, el propio protagonista, Pongo, que ante la apatía diaria de su amo, sumido en sus creaciones musicales pero de nula inspiración, decide que es hora de buscar pareja, y en el parque es donde se conocen Roger y Anita, y también Pongo y Perdita. En el parto de los perros vemos a "los padres" con esa expectación tan característica. Nacen 15 y logran revivir al último. Sin embargo, una... ¿amiga? de Anita es una mujer desagradable, arisca y obsesionada con las pieles. Cruella de Vil es uno de los grandes villanos Disney, y su manera de moverse, su desagradable estela de humo, sus hábitos temerarios al volante así como su voz le confieren un status temible. Obsesionada con las manchas de los dálmatas, ordena su secuestro, que se lo encarga a la típica pareja de secuaces.

Entonces comienza la búsqueda de los cachorros, en unas escenas que puede que sea lo que más chirría de la película. Una vez localizados comienza el plan de huída, repleto de sitaciones tensas y emoocionantes. Lo malo es que Cruella también ha secuestrado a otros 84 perritos de esta raza, con lo que la huída se antoja bien difícil. El estudio de los perros y ver a toda esa manada en movimiento es una experiencia sin igual. Gráficamente, entretenimiento, humor, monosidad y un villano excelente son los ingredientes que llevan a este título a lo más alto de mi lista. Hay que tener en cuenta su antigüedad, ya que data de 1961. Hay detalles como la relación entre Anita y Cruella o el orígen de los otros 84 que quedan muy difusos, aunque lo llegan a explicar mejor en la adaptación a imagen real de 1996, protagonizada por una increíble Glenn Close como Cruella, que si bien cambia la música de Roger por el diseño de videojuegos, y rebosa humor de cuchufleta de John Hughes (tipo Solo en casa) se retroalimenta del original y engrandece a ambas.

Y hasta aquí ha llegado el ranking. 





  • 24 - The Three Caballeros (Los tres caballeros - 1944)
  • 23 - Saludos Amigos (1943)
  • 22 - Melody Time (Tiempo de melodía - 1948)
  • 21 - The Adv. of Ichabod and Mr Toad (La leyenda de Sleepy Hollow y el señor Sapo - 1949)
  • 20 - The Aristocats (Los aristogatos - 1970)
  • 19 - Alice in Wonderland (Alicia en el país de las maravillas - 1951)
  • 18 - The Sword in the Stone (Merlín el encantador - 1963)
  • 17 - Make Mine Music (Música maestro - 1946)
  • 16 - Dumbo (1941)
  • 15 - The Fox and the Hound (Tod y Toby - 1981)
  • 14 - The Jungle Book (El libro de la selva - 1967)
  • 13 - Fun and Fancy Free (Diversión y fantasía - 1947)
  • 12 - Snowwhite and the Seven Dwarfs (Blancanieves y los siete enanitos - 1937)
  • 11 - Pinocchio (Pinocho - 1940)
  • 10 - Lady and the Tramp (La Dama y el Vagabundo - 1955)
  • 9 - Bambi (1941)
  • 8 - Sleeping Beauty (La bella durmiente - 1959)
  • 7 - The Rescuers (Los rescatadores - 1977)
  • 6 - Peter Pan (1953)
  • 5 - Cinderella (Cenicienta - 1950)
  • 4 - The Many Adventures of Winnie the Pooh (Las aventuras de Winnie the Pooh - 1977)
  • 3 - Robin Hood (1973)
  • 2 - Fantasia (Fantasía - 1940)
  • 1 - 101 Dalmatians (101 dálmatas - 1961)
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Las mejores películas de Disney: Era moderna - animación tradicional

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